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Las plantas con niveles normales de calcio se protegen mejor de las enfermedades y de los daños climáticos leves. Cuando STARKOPP es aplicado a la planta, el calcio se deposita en la pared celular dándole estabilidad y en la membrana celular brindado protección a la planta inhibiendo la penetración y desarrollo de hongos y bacterias. Además enriquece a los frutos.
El carbonato de calcio tiene un efecto de control e inhibición para las bacterias patógenas del suelo reduciendo el nivel de infección a nivel raíz. Estas bacterias patógenas, al consumir oxalatos y citratos, inducen la formación de carbonato de calcio, el cual las degrada. Así mismo, al ser aplicado sobre la superficie de las hojas (que generalmente tienen un pH ácido), cambia el pH haciéndolo más alcalino, lo que crea un medio inadecuado, limitando la disponibilidad de nutrientes, para el desarrollo de los microorganismos patógenos.
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