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Esta Pieza Mide 20 cm De Alto Por 13.5 cm De Ancho
Halach Uinik
Todas las sociedades humanas existen las jerarquías, estratos perfectamente definidos en los que en algunos casos resulta impensable e imposible ir de uno a otro. En la cúspide del escalafón social de la teocracia maya quien dirigía los destinos de toda la sociedad era conocido como Halach Unik que significa hombre verdadero. Este puesto monárquico era hereditario y pasaba por línea directa paterna, comenzando por el hijo mayor y en algunos casos a hermano o pariente masculino más cercano. Entre la jerarquía era conocido con varios apelativos entre ellos KInich (rostro solar), Ch´ul Ahaw (Señor Sagrado), Bakab (sostenedor del mundo) y Ahaw Tee (Señor Árbol). Estos dos últimos apelativos están relacionados con la cosmogonía maya, donde el gobernante es la parte medular de toda la sociedad, considerándolo al igual que la ceiba sagrada que sostenía el cosmos como indispensable. De hecho, con este título se le reconoce como descendiente directo de los dioses y por tanto encargado de sustentar el mundo que representaba la ciudad estado que regía. Mucha de las actividades públicas como fiestas y ceremonias estaban dedicadas a sustentar y ratificar de manera continua su poder, la epigrafía en su mayoría tallados en paneles de piedra y estelas eran una conmemoración de las conquistas y proezas, todas estas actividades aprobadas por los dioses.
cargo no solo era de orden político y administrativo sino religioso, considerándolo como el sacerdote supremo y cuya preciosa sangre era tenida como el más alto y puro sacrificio a los dioses, de hecho, se infligía auto sacrificio por medio de pensiones mediante espinas de maguey o espinas de mantarraya, perforándose ya sea la lengua, los lóbulos de las orejas e inclusive el pene, su sangre era recogida mediante cuerdas o pedazos de papel para ser ofrendada a los dioses en incensarios.
Por otra parte su vestimenta misma estaba adornada con una serie de símbolos que marcaban su autenticidad y cargo divino. Su cabeza estaba coronada por un enorme penacho con la efigie de Hu´unal, Dios de la realeza cuyo rostro solar estratico era inconfundible, esta efigie es la representación del quetzal mítico que esta posado sobre la ceiba sagrada de la creación. Esta ave simbolizaba al sol en el cenit --el punto de la bóveda celeste sobre nuestras cabezas-- que en el caso de la península de Yucatán se da en mayo y julio, y que para los mayas era el inicio de un nuevo año. Este penacho era el principal distintivo de poder el cual ya portaban los conquistadores teotihuacanos cuando incursionaron en la ciudad de Tikal hacia el 378 d.C. estableciendo nuevas dinastías y cuyos sus descendientes continuaron portando dicho tocado como distintivo de su linaje.
Otros distintivos de poder era el cetro del Dios K´awil, dios tutelar de las dinastías que aprobaba y autentificaba la permanencia de las familias en el poder. Dicho cetro estaba hecho de madera, razón por la cual desgraciadamente aún no se ha encontrado ninguna hasta nuestros días. Se sabe por algunas representaciones en cerámica que una de las piernas del dios se transformaba en serpiente, aun cuando algunos autores que es su pene y no una pierna, confiriéndole el atributo de la fertilidad. En algunas ceremonias portaba una barra en forma de serpiente bicéfala que representaba la eclíptica, esa línea imaginaria por donde transitan todos los planetas en la bóveda celeste, que de acuerdo con la cosmogonía maya ---conceptos y leyendas de la creación-- el Dios creador la apuntaló con el árbol cósmico y con ello dio comienzo el espacio y el tiempo. Portaba también sendos discos de jade como orejeras, narigueras y besotes; así como también un enorme pectoral solar hecho del mismo material. Solia vestir también una piel de jaguar, a veces como fandelín o bien atada a la cintura. Esta piel sólo podía portarla el halach uinik o en su defecto el comandante supremo de sus ejércitos, el cocom. En algunas ocasiones el jaguar está representado como un trono bicéfalo sobre el cual se sienta el soberano, simbolizando con ello su triunfo sobre su estado instintivo animal del cual ya dominado adquiere sus atributos como la agilidad y la bravura.
Si ponemos atención en sus atributos, están representados al menos tres animales, el quetzal como ave preciosa coronando su cabeza, la serpiente símbolo de renovación sosteniendo su centro y el jaguar en su parte baja sojuzgando sus instintos. Es decir, su pensamiento esta elevado, sus manos se conducen con sabiduría y su poder sexual sirve de sustento a los otros dos. Y consecuentemente por ello era reconocido como un "hombre verdadero" In lakech Ah laken.
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