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Esta pieza mide 30 cm de alto por 22.5 cm de ancho
LA XTABAY
Xkeban y Utz-Colel
La versión más popular cuenta, como producto del imaginario popular, que en un pueblo de la península de Yucatán vivían dos mujeres. Una se llamaba Xtabay y le decían Xkeban (que significa prostituta, mujer mala o dada al amor ilícito) y a la otra le llamaban Utz-Colel, mujer buena, bondadosa, gentil y limpia.
Decían que la Xkeban estaba enferma de pasión y que era su afán prodigar su cuerpo y belleza a cuanto hombre se lo solicitaba. Utz-Colel decíase virtuosa y honesta, jamás había cometido desliz ni pecado amoroso alguno.
Utz-Colel era de buen corazón y bondadosamente socorría a los humildes, a los desamparados, a los enfermos y a los animales que abandonaban por ser inútiles, despojándose de las joyas y finas vestiduras que le regalaban sus enamorados. No era altiva ni hablaba mal de la gente, humildemente soportaba los insultos y humillaciones.
Xtabay, por su parte, era fría, orgullosa, dura de corazón y le repugnaban los pobres.
Un día, la gente no vio salir más a Utz-Colel. Pasaron los días y por todo el pueblo se comenzó a esparcir un fino y delicado perfume de flores. Al buscar de dónde venía, llegaron a la casa de Utz-Colel a quien encontraron muerta.
Xtabay dijo que era mentira, que de un cuerpo vil y corrupto no podía salir sino podredumbre y pestilencia, que aquello debía ser cosa de los espíritus malignos tratando de continuar provocando a los hombres. Agregó que, si de aquella mala mujer provenía ese perfume, cuando ella muriera habría entonces un increíble aroma.
Unos pocos enterraron a Utz-Colel, más por lástima y obligación que por gusto. Al día siguiente, su tumba estaba cubierta por flores hermosas y de delicado perfume.
Cuando murió xtabay, todo el pueblo acudió a su entierro. Para asombro del pueblo, su tumba no exhalaba un fino perfume, sino que aún cubierta de tierra despedía un hedor intolerable.
La flor que nació de la tumba de Utz-Colel se llamó Xtabentún, una humilde y bella flor silvestre que crece en cercas y caminos. Su néctar embriaga dulcemente, como debió ser el embriagador amor de Xtabay.
Por su parte, Xtabay se convirtió después de muerta en la flor de Tzacam, que es un cactus erizado de espinas del que brota una flor, hermosa pero sin perfume alguno: huele desagradable y, al tocarla, es fácil pincharse.
Convertida Xtabay en la flor del Tzacam comenzó a reflexionar, envidiando lo sucedido a Utz-Colel, y llegó a la errónea conclusión de que seguramente porque sus pecados habían sido de amor, le ocurrió todo lo bueno que le ocurrió después de muerta. Y entonces pensó en imitarla, entregándose también al amor, acostándose con los espíritus malignos: sin darse cuenta de que, si las cosas habían sucedido así, fue por la bondad del corazón de Utz-Colel, quien se entregaba al amor por un impulso generoso y natural.
Así, con la ayuda de malos espíritus, Xtabay consiguió la gracia de regresar al mundo cada vez que lo quisiera, convertida nuevamente en mujer, para enamorar a los hombres, pero con amor nefasto, porque la dureza de su corazón no le permitía otro.
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