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Escapulario original Ábreme oh buen Jesús,
las puertas de tu Sagrado Corazón,
úneme a Él para siempre.
Que todas las respiraciones y
palpitaciones de mi pobre corazón aún
cuando esté durmiendo, te sirvan de
testimonio de mi amor y te digan sin
cesar: Señor, te amo.
Recibe el poco bien que yo hago,
y dame tu santa gracia para reparar
todo el mal que he hecho.
Para que te ame en el tiempo y te alabe
por toda la eternidad, Amén.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Ti confío.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Ti confío.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Ti confío.
Y ojalá que todos los que lleven este «Detente» aprendan de memoria esta oración y la recen con frecuencia y así puedan tener una mayor seguridad de la protección divina. La práctica del «Detente» es santa como santo es el culto y el amor a Jesucristo. Es fructuosa por las virtudes que ejercita de fe, oración, amor y esperanza; por las grandes gracias y favores que se han obtenido y se obtienen de su uso.
El «Detente» significa: ¡«Detente»! Satanás, tentación, pasión, peligro, enemistad, tristeza, penas, infierno, que el Corazón de Jesús, mi Dios, mi Redentor, mi amor, mi esperanza, mi todo, está conmigo.
Por lo tanto, llevar el «Detente» del Sagrado Corazón y llevarlo con amor y fe, es lo mismo que si lleváramos un escudo contra toda clase de peligros. Procuremos que los enfermos, niños, jóvenes, ancianos y todo el mundo lleven encima un «Detente», en la cartera o debajo de la almohada (en el caso de enfermos). Si es un «Detente» escapulario, debe ser impuesto. Algunos militares se los imponen ellos mismos para siempre.
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