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Plantas Para Cercas Vivas

Ubicacion: Circasia, Quindio
Disponibilidad: en stock en stock
Estado: Nuevo

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PLANTAS PARA CERCAS VIVAS

Las cercas vivas son una buena opción para separar diferentes sectores de un jardín, delimitar con un lote vecino, o crear una barrera protectora o visual. Formados por una hilera de plantas arbustivas y de crecimiento constante, las cercas vivas tienen muchas ventajas respecto de una pared sólida: se integran al paisaje, son reguladores bioclimáticos, atenúan los sonidos y el polvo, y dan un aporte estético colaborando con flores, hojas y frutos de diversas tonalidades.

Las cercas pueden estar formados por una sola especie o ser mixtos, combinando dos o más tipos de plantas con diferentes características, pueden brindar color y luz al jardín o en su defecto generar orden a zonas verdes. Su altura puede variar, por lo general, si tiene fines estéticos el cerco vivo será bajo, mientras que si tiene un fin protector o divisor será más alto.

Hay especies arbustivas tradicionales que tienen follaje persistente y compacto como la Ligustrina, Eugenias, ixoras, cupressus, entre otras, las cuales crean barreras vivas muy bonitas siempre y cuando se realice el cuidado y mantenimiento adecuados.

Las labores de poda son fundamentales para mantener los cercos vivos sanos y dentro de la forma deseada, y se pueden dividir en varias etapas. Las podas de formación se hacen en los primeros dos o tres años de instalados los arbustos: cortando las yemas principales se consiguen cercas más tupidas. Luego están las podas de sanidad que se hacen cada vez que se necesiten: se sacan las ramas secas, las enfermas y los chupones. Las podas para mantener la forma se realizan según la especie respetando la naturaleza del arbusto. Los arbustos que se desarrollan más rápido deben podarse más a menudo para que no dejen huecos por crecimientos irregulares. Si pasó mucho tiempo después de la última poda y el cerco creció demasiado, no debe hacerse una poda habitual sino por etapas. Se recomienda realizar las podas entre tres y cuatro veces y debe hacerse en forma recta para mantener la rigidez de la cerca viva.

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