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Cruz De San Damián Con Base

Ubicacion: Tunja, Boyaca
Disponibilidad: en stock en stock
Estado: Nuevo

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INV-121224

CRUZ DE SAN DAMIÁN

Con base para poner en superficie.
Producto hecho por emprendedor Boyacense
Medidas: 30 cm alto x 20,2 cm ancho
Hecho en resina y madera


Descripción del icono
por Richard Moriceau, o.f.m.cap.
El presente texto es el comentario de un montaje audio-visual, no comercializado, sobre el Crucifijo de San Damián.

El crucifijo de San Damián es un icono de Cristo glorioso. Es el fruto de una reposada meditación, de una detenida contemplación, acompañada de un tiempo de ayuno.

El icono fue pintado sobre tela, poco después del 1100, y luego pegado sobre madera. Obra de un artista desconocido del valle de la Umbría, se inspira en el estilo románico de la época y en la iconografía oriental. Esta cruz, de 2'10 metros de alto por 1'30 de ancho, fue realizada para la iglesita de San Damián, de Asís. Quien la pintó, no sospechaba la importancia que esta cruz iba a tener hoy para nosotros. En ella expresa toda la fe de la Iglesia. Quiere hacer visible lo invisible. Quiere adentrarnos, a través y más allá de la imagen, los colores, la belleza, en el misterio de Dios.

Acojamos, pues, este icono como una puerta del cielo, que nos ha sido abierta merced a un creyente.

Ahora nos toca a nosotros saber mirarla, leerla en sus detalles. Ahora nos toca a nosotros saber rezar.

El de San Damián es, se dice, el crucifijo más difundido del mundo. Es un tesoro para la familia franciscana.

A lo largo de siglos y generaciones, hermanos y hermanas de la familia franciscana se han postrado ante este crucifijo, implorando luz para cumplir su misión en la Iglesia.

Tras de ellos, y siguiendo su ejemplo, incorporémonos a la mirada de Francisco y Clara. ¡Si este Cristo nos hablara también hoy a nosotros! Orémosle. Escuchémosle. Dirijámonos a él con las mismas palabras de Francisco:

«Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame
fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento,
Señor,
para cumplir tu santo y verdadero mandamiento» (OrSD).

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