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El acero 1095 contiene entre un 0,95% y un 1,03% de carbono, lo que lo convierte en uno de los aceros con mayor contenido de carbono utilizados en la fabricación de espadas Katana. También contiene pequeñas cantidades de manganeso, fósforo y azufre, que contribuyen a aumentar su resistencia y ductilidad.
El proceso de forjado de una Katana con acero 1095 suele implicar varios ciclos de calentamiento, martilleo y doblado del acero para crear una superficie estratificada y texturizada. Este proceso elimina las impurezas del acero y distribuye el carbono uniformemente por toda la hoja, lo que da como resultado una hoja más fuerte y duradera.
Tras el forjado, la hoja de acero 1095 suele someterse a un tratamiento térmico para aumentar su dureza y resistencia. Para ello, la hoja se calienta a alta temperatura y luego se enfría rápidamente en agua o aceite. A continuación, la hoja se templa a una temperatura más baja para reducir su fragilidad y aumentar su flexibilidad.
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