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Estos sistemas, con la ayuda de la centralita de los coches, son capaces de cambiar de marcha según la posición del pedal del acelerador o las revoluciones del motor, entre otros parámetros.
A diferencia de un cambio manual convencional, un cambio de doble embrague cuenta con dos embragues, y actúa como si el vehículo tuviera dos cambios que actúan a la vez de manera automática. Uno de ellos será el encargado de enviar el movimiento a cada una de las ruedas y el otro es el que tiene la siguiente marcha acoplada. De esta forma, en el momento en el que se quiere cambiar de marcha, solo se tiene que desacoplar uno de los embragues y acoplar el otro. Uno de ellos se emplea para acoplar las marchas pares y el otro las impares.
Las cajas de cambios de doble embrague además de mejorar la conducción, reducen el consumo de combustible de los coches y los tiempos de aceleración.
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