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La Zamia Furfuracea, también conocida como palma bola, es originaria de América Central y México. Es una planta cícada que se destaca por su atractivo follaje y su resistencia. Sus hojas, similares a plumas, le dan un aspecto exótico y distintivo que la convierte en una excelente opción para interiores y exteriores protegidos.
Para su cuidado, la Zamia Furfuracea prefiere una ubicación con luz indirecta brillante y suelos bien drenados. Es importante evitar el exceso de agua, ya que puede causar pudrición de las raíces. Esta planta es tolerante a la sequía y puede adaptarse a condiciones de poca humedad, lo que la convierte en una excelente opción para aquellos con un estilo de vida ocupado.
Además de su belleza ornamental, la Zamia Furfuracea es una planta de crecimiento lento y fácil mantenimiento. Su resistencia a plagas y enfermedades la hace ideal para aquellos que buscan una planta duradera y de bajo mantenimiento.
Ya sea como planta de interior en tu sala de estar o como punto focal en tu jardín, esta cícada esponjosa añadirá un encanto tropical a cualquier espacio.
Su nombre científico(latín) es Zamia, que quiere decir "nuez de pino", y furfuracea, que significa "casposo".
Son plantas dioicas, robustas de 30 a 90 cm de altura con tronco cilíndrico de 60 cm de altura por 15 cm de diámetro o más. Sus hojas, entre 8 a 30 forman una corona densa en forma de palma.
En México se considera En Peligro de Extinción. Su principal amenaza es la cosecha ilegal de semillas y saqueo de plantas de su hábitat natural, sumado a factores como incendios y huracanes, entre otros.
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